ROBERTO CRUZ ARZABAL



SEGUNDA ESTANCIA DE LA LUZ 


a Irene Artigas
El cuarto iluminado

desde su ventanal oblicuo
donde la luz
rompe la transparencia
robada por el vidrio
y la marcha grasienta
de las huellas digitales

el cuarto blanco iluminado

donde
las sombras
son
la ausencia
de todos
los espacios

recorrido por la vista de
izquierda al centro
hacia
abajo
en la esquina donde los adornos
permanecen olvidados
como si de retóricas vacías se tratara

a la derecha el vaho

el espacio en blanco sobre el lienzo
blanco que no es más espacio
puro sino materia
dispuesta para los trazos de la invisible línea Rothko

—el prestigioso blanco elaborado por la vista




 FUGA


domesticar la casa — hacer la casa centro — de expansión — hacia la superficie — domesticar la casa — pleonasmo necesario e — inherente a toda — excavación —  domesticar — el centro —  y su variable longitud — hacia la larga marcha de la historia — ageometría euclidiana — domesticar la luz —  para darle la forma — de lo cónico de un — punto fijo en la pared — de tallo de voz — de crecimiento — tragaluz — domesticar el hambre — darle cuerpo — extensión de carne — darle sombra al hambre: quemar el brazo — como pira — como incienso — punto de luz con — poco cuerpo — delgadez del brillo que se abre — hacia las fosas — domar la carne — macerar la piel — moler los huesos hasta que — sean polvo y tinta — papel de huesos — escribir en la piel con clavo ardiente — domar la carne :

hacerla causa primigenia — tatuar como sembrar arietes — domesticar el vientre — trazarlo fuente central — del edificio — biblioteca de pliegues — presente acuoso del latido — domesticar la casa — pleonasmo necesario los ladrillos — la pintura el verso o — la disposición de — el cuerpo — esta página — y ésta — son casa de enfermos — hospital vegetal de blancos — entrelíneas que enfrentan —  el vacío… 
domesticar el blanco — domar la visibilidad — el temple blanco — domesticar el sentido por su — ausencia inoperante — cuerpo — semen semiótico —  expresión y forma — domesticar la forma  — volverla centro sustancia — y contenido — casa y forma — vientre hinchado de húmeros — vientre de huesos dislocados





TEORÍAS DEL CUERPO 


I
no es la fiebre
sino el pánico de la música
que nos posee
lo que torna tu sonrisa
en bruma del tabaco
tu entre pierna
–aunque mejor sería
hablar de topo de luna
o sílaba precisa–
quiero decir tu centro prodigioso
tu armadura desgarrada
el fiambre que te cubre
el nombre la sorna

dices espera aún la nave
espera que el cielo en el subsuelo nos
observa
con su música de brisas y el
frío de no saber nombrarte
con los huesos

espera que mi marcha es larga y extenuante
espera un poco
una nada
espera un cielo bocabajo un
armatoste
en la punta del deseoso

una fuente de luces que desciende
su fuerza que mantiene a flote
la armadura
el casco el armatoste
la costilla que brilla en la obsidiana
la mordiente faz de la frescura
            la pureza inexistente
            la pureza que flaquea por la lumbre de las notas
conseguir la furia
la tierra prometida en el cadalso
la visión aérea
una no nombrada cosa que
carezca de tu cuerpo luminoso


ii

el lustre de un cuerpo : su fisura en la geometría de la avidez : la voz tipluda de hambre 
que te llama

hueco de sarna
huero de tan sombra
                        en los labios resecos

–la borradura de su espacio
                        –enumeración de los contrarios
            –no poesía  sino juntura
/pegamento de hambre/
            /semen/ regalo y sedición

sed de la forma: en sus arenas acuosas : en su librea de hueso descarnado


iii

Pensar desde la duda
el autismo que te nombra
la repetición fallida de los enunciados
su ornamento en un sentido lato
lo que cuelga
lo que anuncia

dudar nunca del cuerpo
                        de sus arterias huecas

la debilidad acorazada su cansancio vulnerable

no dudes nunca del cuerpo que se ofrece
de su resequedad
                           de su silencio
que en su escasez es ángel de los mundos
–todo ángel ya se sabe es un sueño
            un fantasma del deseo–

blasón de la batalla contra el magma
su fuelle es el aire que nos corta
la ruptura anticipada de los vellos que se erizan