PEDRO POITEVIN



VISIÓN


Una navaja, un sobre y una carta,
un aguijón y un óvalo en el pecho,
la convulsión de un pez fuera del agua,
un hombre derrumbado sobre el lecho.

Una ventana, una mujer morena,
el filo de sus ojos tras el vidrio,
un tren a punto de partir, la escena
efímera de un rayo entre los lirios.

Una sonrisa, un sable entre las nubes,
la luna verdadera en la montaña,
la ráfaga que viene de la cumbre,
la hierba y el fulgor de la guadaña.





REFLEXIÓN

Un espejo de tiempo es la membrana
que siempre nos separa y nos congrega:
es una simetría en que el abismo

se dobla contemplándose a sí mismo,
y un plano en que la luz que no nos llega
se escapa cual cruzando una ventana.