INTI GARCÍA SANTAMARÍA



ESPANTAPÁJAROS


Fui besado por una campesina y mi cerebro se convirtió en una ciruela amarga. Para que devoraran mis brazos ella dibujó un árbol genealógico de mantis religiosas sobre mi piel. Bajo cirros de cobre la tarde es un amanecer de brasas que se apagan. Pregúntame sobre el estado del tiempo y te responderé que vivo dentro de un planetario de tonos verde pastel. En medio del camino había...

una mulita muerta.



CANCIÓN MIXTECA


El cielo exhibe antiguas colecciones de brújulas sobre una mesa de póker negro y mi brazo señala una ruta fantasma hacia ciudades del noroeste. Yo sé que vivo allá, en ese país de avenidas fluorescentes donde exhiben pasteles condimentados con droga. ¿Dónde están las edecanes anaranjadas que bailan a esta hora con las señales de tráfico aéreo? Es mi respiración una sala de espera donde los pasajeros sueñan con mi sobrino,

una antología de nocturnos.



TALLER DE ENCUADERNACIÓN JAPONESA


¿Alguna vez encuadernaste conmigo un álbum de insectos a las tres de la mañana? Hoy dibujo escarabajos en láminas de papel arroz. La memoria es un potro enfermo que marcha forzado hacia la casa colonial donde trabajábamos con agujas. ¿Quién de los dos gustaba de sentarse en el patio y personalizar el estudio del color a través de los hilos? Si las tapas de nuestro álbum fueran anaranjadas, elegirías textiles blancos para anudar lo que nunca podrá ser atado. Es un álbum de osamentas

y el óxido del cobre no ha cambiado tu rostro.